Amuletos

El término amuleto (del latín amuletum; recogido por primera vez en Naturalis Historia de Plinio el Viejo, significando "un objeto que protege a una persona frente a un problema" guarda cierta relación con el término talismán (del árabe طلاسم tilasm, y en griego telesma o "telein" que significa "iniciar a alguien en el misterio"). Consiste en cualquier objeto portatil al que supersticiosamente se le atribuye alguna virtud sobrenatural: atraer la buena suerte o asegurar la protección de su dueño (efecto apotropaico). Los amuletos suelen ser: gemas o piedras, estatuas, monedas, dibujos, colgantes, anillos, plantas, animales, etc., incluso oraciones utilizadas en momentos concretos, como Vade retro satana, para repeler al diablo o a la mala suerte.

Los amuletos son algunos de los objetos más antiguos de la humanidad, ya que el hombre vio en ellos la forma para escapar de los males que lo aquejaban, fuesen físicos, morales o espirituales. Los primeros amuletos eran objetos naturales, tales como piedras, maderas talladas o cristales naturales, que eran apreciados por su forma, color o rareza. Más tarde se optó por poseer objetos de uso cotidiano que por haber sido propiedad de alguien o haber sido parte de un suceso, se guardaban por presuponer que tendrían cierto poder. En la actualidad existen multitud de amuletos, tanto comerciales como personales, ya que cada persona valora el objeto de manera subjetiva y alcanzan diferente importancia. La persona que lleva el amuleto, por su creencia y fe en éste, puede o no desear revelar este hecho a otras personas y compartir su apego.

Los amuletos varían considerablemente en función de la época y el lugar de origen. En algunas sociedades los objetos religiosos son utilizados como amuletos. Un amuleto religioso puede ser la figura de una determinada deidad o simplemente un símbolo que la represente (como la cruz para los cristianos o el "Ojo de Horus" para los antiguos egipcios). En Tailandia, es frecuente ver a gente portando un colgante con la figura de Buda; en Bolivia y algunos lugares de Argentina existe un amuleto popular para el dios Ekeko, al cual el dueño le debe ofrecer al menos un cheque para poder obtener fortuna y bienestar.

Cada signo zodiacal se corresponde con una gema que sirve de amuleto, pero la piedra varía conforme a distintas tradiciones.

Una antigua tradición china consiste en capturar un grillo vivo y mantenerlo en una pequeña jaula para que atraiga la buena suerte (esta tradición también se encuentra en Filipinas). Los chinos separan las monedas en el suelo para obtener riqueza; el arroz también lo consideran como un portador de la buena fortuna.

En japon hay una tradicion de tener un amuleto o omamori, se trata de bolsitas de tela que contienen un ofuda una tira de papel, madera o tela tienen dibujados dioses sintoístas o deidades budistas, una inscripción con su nombre, algún mantra o caracteres sánscritos. Durante el inicio del año se suele acudir a un santuario sintoísta o a un templo budista, práctica que recibe el nombre de hatsumōde;  no se suele hablar de comprar talismanes, sino de hacer una ofrenda monetaria por la cual se recibe el omamori.

Las tortugas y los cactus son motivo de controversia, mientras que algunas personas los consideran beneficiosos, otros piensan que tienen un efecto contrario cuando se encuentran en el hogar.

En las religiones sincréticas afrocaribeñas como el vudú de Haití, Umbanda, Quimbanda y la Santería, los dibujos son también utilizado como amuletos; estas religiones también tienen en cuenta el color de las velas que se encienden, porque cada color ofrece un diverso efecto de la atracción o del repulsión.

Los perfumes y las esencias (como incienso, mirra, etc.) también responden a los propósitos de la atracción o de la repulsión. Las leyendas populares atribuyen a menudo poderes mágicos a ciertos objetos inusuales, tales como una pata de conejo o un trébol de cuatro hojas; la posesión de estos objetos confieren las capacidades mágicas a sus dueños.

En Europa Central, la gente creía que el ajo les permitía protegerse de los vampiros, al igual que un crucifijo. Los antiguos egipcios tenían distintos amuletos para cada ocasión o necesidades, a menudo con la figura de un dios o de "Anj" (la llave de la vida eterna); la figura del dios escarabajo Jepri se ha convertido en un amuleto común y ha adquirido fama en el mundo occidental.

Para los antiguos escandinavos, anglosajones y alemanes y actualmente para algunos neopaganos la runa Eoh (tejo) protege contra mal y brujería. Según una costumbre de los antiguos celtas, un trébol de cuatro hojas proporciona buena suerte a la persona que lo encuentra accidentalmente. Los corales, las herraduras y el bambú también son considerados buenos amuletos.

Se dice que las figuras de elefantes pueden atraer buena suerte y el dinero si uno les ofrece billetes. En los países árabes una mano con un ojo en medio de la palma y de dos pulgares (similares a Jamsa) sirve como protección contra mal. Algunas formas de Budismo tienen una profunda y antigua tradición talismánica. En los primeros días del Budismo, justo después de la muerte de Buda en torno al 485 a. de C., los amuletos que llevaban los símbolos del Budismo eran frecuentes. Símbolos tales como conchas, huellas de Buda y otros eran llevados por sus seguidores. Alrededor del siglo II a. de C., los Griegos comenzaron a tallar imágenes reales de Buda. Éstos posteriormente fueron adquiridos por los budistas nativos de India.

Algunas creencias consideran que ciertos amuletos conectan con demonología y la demonolatría creando una conexión a los demonios y a la fidelización con ellos, se identifican como una cruz invertida o un pentagrama con la punta hacia abajo, aun que éstas creencias están arraigadas por la búsqueda y destrucción de religiones paganas por otras religiones mas totalitaristas.

Desde la Edad Media en Occidente los pentagramas han sido considerados amuletos para atraer el dinero, el amor, etc.; y para protegerse contra la envidia, la desgracia y otra desdichas. Otros símbolos, tales como los cuadrados mágicos, las firmas angelicales y los símbolos cabalísticos se han empleado con distintos fines, tanto bondadosos como malévolos.

Además de la protección contra poderes sobrenaturales, los amuletos también se utilizan para la protección contra ciertas personas. Por ejemplo, los soldados implicados en misiones peligrosas pueden utilizar los talismanes para incrementar su suerte. Miles de soldados nacionales llevaban sobre el corazón una estampita que rezaba: «¡Tente bala, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo!» Los amuletos se pueden encontrar entre gente de diferente nación y situación social. Pueden encontrarse en joyerías, ferias del artesanía, museos, tiendas y hogares.

Los amuletos son abundantes en la tradición judía, el talit judío, mantón de rezo con las esquinas franjadas y unas borlas anudadas en cada esquina, es quizás uno de los más antiguos y más comunes objetos talismánicos del mundo. Se convirtió en un perpetuo recordatorio para el dueño de la prenda de que debía mantenerse dentro de los límites de la decencia, la moral y la ética y jamás olvidar la ley de Dios.

Un amuleto poco conocido pero bien asentado en la tradición judía es el kimiyah o “texto del ángel”. Esto consiste en nombres de ángeles o pasajes de la Torá escritos en los cuadrados del pergamino por los escribanos rabínicos. El pergamino después se coloca en un recipiente de plata adornado y se lleva en algún lugar del cuerpo. Los musulmanes también llevan tales amuletos, llamados Ta'wiz, con el texto elegido del Corán. El texto se elige generalmente dependiendo de la situación para la cual se diseña el amuleto. Sin embargo, el uso de amuletos y de otros talismanes se considera supersticioso entre los musulmanes más radicales.  

En antigüedad y la Edad Media, la mayoría de los judíos, de los cristianos y de los musulmanes en Oriente creyeron en el poder protector y curativo de amuletos y de talismanes. Los talismanes usados por ellos se pueden encuadrar en tres categorías principales. La primera comprende los que se llevan puestos en el cuerpo. La segunda aquellos que se cuelgan o se colocan sobre la cama de una persona enfermiza. Por último, los talismanes con cualidades medicinales.

Hay también pruebas que los judíos, los cristianos, y los musulmanes utilizaron sus libros sagrados a modo de talismán en situaciones de vida o muerte.

Las autoridades cristianas han sido siempre han mantenido cierta distancia con los amuletos y otros talismanes. Sin embargo, el uso legítimo de sacramentales, mientras uno tenga la disposición apropiada, se corresponde con la imagen del cristianismo tradicional. Por ejemplo, el crucifijo ha sido considerado a lo largo de la historia como una potente arma contra los demonios y los malos espíritus.

 

                                                                                                      Luigi y Lux