Los druidas eran una clase social elevada en la sociedad celta. El druidismo se considera una religión oficial en Reino Unido desde el 2 de octubre de 2010, es el primer culto pagano que ha adquirido esta consideración oficial y legalmente en Reino Unido.
Los druidas se presentan a menudo como sacerdotes de la religión celta, pero su papel abarcaba muchos aspectos más. Los druidas formaban una clase social independiente, representando la clase intelectual de la sociedad. Aunque también desempeñaban funciones religiosas, no se limitaban a ellas. Eran entre otras cosas bardos, médicos, astrónomos, filósofos y magos.
Sin embargo, se pueden diferenciar tres funciones entre los druidas, aunque la separación a veces no era muy clara y ciertos autores se muestran escépticos (T.D.Kendrick):
También hay que distinguir entre los druidas celtas (hasta el final de las culturas celtas independientes, coincidiendo aproximadamente con el comienzo de la Edad Media) y los druidas modernos. Los primeros desaparecerían sin dejar testimonio escrito. Los últimos se desarrollaron en Gales e Irlanda según conceptos de la Edad Moderna y unen tradiciones con ideas actuales, nacionalismos y romanticismos.
La procedencia de la palabra "druida" está muy debatida. El Dr. O'Hogain supone que deriva de la palabra celta para "rico en conocimientos", mientras que otros aseguran que ha derivado de drus, la palabra celta para roble. Otra teoría finalmente lo relaciona con dru (cuidadoso, a fondo) y uid (saber).
DRUIDAS HISTÓRICOS
No se conocen escritos directos de druidas de la antigüedad, ya que, al parecer, los druidas pasaban su saber sólo por tradición oral a sus alumnos. Existen algunos textos de la Edad Media baja o tardía de Gales, Irlanda y Escocia que se relacionan con tradiciones de los druidas. Sin embargo, se trata habitualmente de textos mitológicos que ya tienen una cierta influencia cristiana y que sólo admiten unas conclusiones limitadas sobre los druidas de la antigüedad.
Con anterioridad tenemos fuentes clásicas -e indirectas- principalmente romanas. De Plinio el Viejo sabemos que los druidas vestidos de blanco cortaban el muérdago con hoz de oro; además nos habla de sacrificios taurinos presididos por druidas, así como de su veneración de diversas arboledas o árboles y plantas sagrados como el roble, el avellano, o el muérdago; o lugares naturales como la cima de ciertas colinas, corrientes de agua, y lagos, así como del cielo, la tierra, el mar, y el fuego -que veían como algo purificador- recogiendo una costumbre presente en las comunidades celtas en las que servían. El muérdago entre los druidas era una planta sacra. Aunque a menudo se atribuye a esta consideración sus propiedades medicinales, es poco probable que sea la razón única. Más verosímil es que se deba a que el muérdago está aún verde en invierno cuando el resto del árbol parece sin vida. Hay otras fuentes que dicen que esto se debe a que crece sin tocar el suelo, y por eso se lo recogía en una tela blanca.
Ya anteriormente Julio César mencionaba a los druidas en su "De Bello Gallico" y nos informa de que los druidas usaban el alfabeto latino o griego incluso en sus escritos sagrados por “temor que (el de ellos) llegara a vulgarizarse y que la memoria de los sabios (o estudiantes) pudiera decaer”. Estas referencias tienen ciertos paralelismos con relatos de Posidonio (135 - 51 a. C.), quien nos da una imagen idealizada helenística del druida como filósofo. Este autor también afirmaba que se encargaban de castigar a determinados miembros de la sociedad expulsándolos de ceremonias religiosas, y por tanto de la sociedad. Hay que ver los relatos de César, como los de los demás autores, con un cierto escepticismo, ya que eran ajenos a esta cultura.
Diodoro Sículo afirmaba de los druidas que a veces antes de una batalla se interponían entre los combatientes para evitar el combate, así como que predecían el futuro mediante la observación del vuelo y los reclamos de las aves y el sacrificio de animales sagrados, así como que creían en una especie de reencarnación, según la cual al morir el alma migraba de un cuerpo a otro.
Con la conquista de los territorios celtas (parte de Hispania, Galia, Britania) por parte del Imperio romano se desvanecía la influencia de los druidas, los cuales fueron, según Plinio prohibidos por el Senado en un decreto que posteriormente Tiberio renovó en el año 54 d. C. Un último bastión era la isla Anglesey (Ynys Mon) situada al norte de Gales, que fue destruida por los romanos en 60 dC. Los últimos relatos de la Irlanda de la baja Edad Media ya muestran influencia cristiana y diabolizan a los druidas como enemigos de la Iglesia católica.
A menudo se habla también de mujeres druidas, que eran conocidas como Dryades o Bandrui, pensando, por ejemplo, en Mebd de Connacht o Ceridwen. De Ceridwen hay una leyenda donde ella prepara en un cáliz que puede verse como el prototipo del Santo Grial, una pócima que da sabiduría infinita sobre el pasado, el presente y el futuro. Preparó el potingue para su hijo Affagdu (oscuridad absoluta) para compensar el poco agrado físico que tenía. No obstante, su ayudante tomó tres gotas de la bebida. Para escapar de su ira huyó y se escondió adoptando diversas formas. Finalmente tomó la forma de un grano de trigo que fue tragado por Ceridwen. De esto Cerdiwen se quedó embarazada y dio a luz a otro hijo, Taliesin, quien está visto hoy en día como el prototipo de todos los druidas. Esta leyenda confirma que existían druidas femeninos y que su rango no era necesariamente inferior al de los hombres.
De todos los relatos conjuntos se forma la imagen del druida como persona culta en una posición socialmente destacada. También era responsable de los sacrificios religiosos y se le veía como mediador entre los hombres y los dioses. Al mismo tiempo era juez, profesor y se ocupaba de la historia y de la civilización de las culturas celtas.
Asimismo el bardo celta tenía una posición destacada, aunque no se puede confirmar que druidas y bardos eran rangos diferentes en la misma organización.
Los druidas no tenían templos de culto erigidos en piedra. Probablemente disponían de edificios de madera que no han pasado a nuestros días. Según las fuentes originales, a menudo celebraban sus ritos en claros en los bosques cercanos a manantiales o pozos naturales.
Plinio relata uno de sus rituales: "Tras haber preparado los sacrificios y los banquetes bajo los árboles, traen dos toros blancos cuyos cuernos han sido vendados. Con su túnica blanca un druida sube al árbol para cortar el muérdago con su hoz de oro, otros vestidos de la misma manera lo reciben. Después matan a los animales del sacrificio y rezan para que el dios les recompense esta ofrenda con sus dones".
También hay relatos (en parte dudosos) de sacrificios humanos.
Los últimos druidas se convirtieron, supuestamente, al cristianismo (los fili), al igual que toda la clase dirigente de Irlanda. Estos conversos convivieron con quienes todavía seguían las antiguas tradiciones hasta que sometieron a estos últimos a una persecución. De esta forma, la Iglesia Irlandesa conservó algunas de las tradiciones celtas. Sin embargo, no todos los autores aceptan que los druidas se hayan convertido al cristianismo, sino que ven esa versión como una tentativa cristiana de proveer a sus sacerdotes con el respeto y la autoridad que se les daba a los druidas.
EL RESURGIR DEL DRUIDISMO
Se conoce a William Stukeley (1687 - 1765) como padre de los druidas modernos. Fue el primero en relacionar el círculo de piedras de Stonehenge con la religión celta, relación que nunca ha sido probada ni históricamente ni por hallazgos arqueológicos. En 1792 se diseñó en Gales una ceremonia para el solsticio de verano, en la que jóvenes druidas se consagraron a un "archi-druida".
Este movimiento iba unido a la búsqueda en Gales e Irlanda de una historia independiente de Inglaterra con raíces celtas y ganó adeptos en el ámbito del movimiento nacionalista. Un atractivo adicional era el carácter oculto en una época en la que las logias secretas estaban en auge. El neo-druida está generalmente considerado como una forma del paganismo y un sucesor directo del druida de la antigüedad.
Influido por los ideales naturalistas del romanticismo, se fundó en 1781 en Inglaterra una orden druida que se dedicó a defender la tolerancia, la humanidad y la dignidad humana. Los fundadores veían representada en la clase suprema de los celtas a la ciencia, arte y sabiduría.
A mediados del siglo XIV empezó el Renacimiento y se recuperó el interés por los escritores griegos y latinos de la antigüedad, resurgiendo las enseñanzas del mundo clásico. En la Francia del siglo XVI, los druidas, junto con los antiguos celtas, o mejor dicho, galos, se convirtieron en figuras históricas respetables. Comenzaron a aparecer muchos libros sobre los antiguos galos y los druidas. El entusiasmo por estas obras continuó en el siglo XVII. Los druidas fueron incluso proclamados antepasados de los germanos. En 1648 Elias Schedius trataba el asunto en De Dis Germanis, subtitulado "La religión de los antiguos germanos, celtas, galos, britanos y vándalos". El libro ofrece una visión de los druidas aún en sus sombríos robledales, con un druida adornado con hojas de roble, adecuadamente vestido, empuñando un cuchillo manchado con la sangre de un sacrificio mientras una siniestra sacerdotisa se encuentra a su lado. La mujer lleva un cráneo humano colgando de la cintura y está golpeando un tambor con dos fémures también humanos.... tal era la percepción que se tenía de los druidas. En 1693 se había impuesto la idea de que todos los megalitos eran templos de los druidas. Se reivindicó varias veces que Stonehenge era un templo druida, aunque también se sostuvo que habían sido los sajones los constructores, por su parecido con las tumbas megalíticas con cámara existentes en Schleswig-Holstein, la patria originaria europea de los anglos, sajones y jutos. El druidismo británico apareció a finales del siglo XVI como una extravagante recreación de lo que se suponía eran los druidas, y no se consideraban a si mismos como un movimiento religioso sino como una “Orden Fraternal”, un Club de Caballeros. Muchos de los dirigentes druidas eran masones o herméticos, cabalistas o rosacruces.
En el siglo XVIII, Inglaterra y Gales experimentaron un resurgimiento del interés por los druidas, inspirado por los anticuarios John Aubrey, John Toland y William Stukeley. En 1740 vio la luz el trabajo de John Toland , cuando se publicó su "Historia crítica de la religión celta" que en posteriores ediciones se llamó "Historia de los druidas". Posteriormente Toland formó una de las primeras órdenes druidas, centrada en la Tradición Primordial.
DRUIDAS CONTEMPORANEOS
El neodruidismo o druidismo contemporáneo es un movimiento religioso y filosófico asociado con la corriente religiosa del neopaganismo occidental.
Es para algunos un camino espiritual y filosófico, para otros una religión y para otros un movimiento cultural. El camino y definición dependerá de cada persona y su libre elección.
Es una filosofía que encuentra sus raíces en la naturaleza misma, con inspiración en la cultura y tradición celta, y los druidas históricos; que busca la conexión del individuo con la tierra, el cielo y el mar, los tres reinos de la cosmovisión celta. Es un camino de reflexión sobre las preguntas que surgen en nuestra mente y espíritu, tratando de encontrar las respuestas y el desarrollo personal en la sabiduría y enseñanzas de antaño, es sus tradiciones y folklore, su mitología y sobre todo, en las lecciones que la naturaleza misma como un ente vivo y radiante nos puede dar.
EL NUEVO DRUIDISMO
Al igual que a la antigua tradición, al nuevo Druidismo no le han faltado retos ni posibilidades para sostenerse: múltiples sentidos sagrados, fuerza espiritual notable, poesía transformadora —e incluso provocativa—, espíritu libre, mente creadora y postura heroica, es decir, es una nueva sabiduría. Inspirarse en el druidismo histórico es casi un acto intuitivo —a veces romántico, a veces utópico— sobre algo que fue gestado hace más de 3000 años y que alcanzo un gran desarrollo en sus creencias y prácticas durante la Edad del Hierro, sin embargo, el origen se ha perdido en la noche de los tiempos. La organización del cuerpo druídico ancestral fue compleja y hermética y poco podemos saber de ella, dado el rigor y celo de su estricta transmisión oral. A pesar de esto, muchas agrupaciones actuales, dividen al druidismo en tres áreas básicas: Druidas, vates y bardos. Quizá se trate de una mera simplificación. Ante la falta de evidencia escrita directamente por los altos druidas, se posibilita un amplio espectro de interpretaciones, distintos tipos de ejercicio y diversos objetivos, que van desde el reconstruccionismo histórico a la erudición de textos del cristianismo celta, de la documentación minuciosa de los historiadores romanos, hasta el embebimiento total en el Folk, desde el medioevo a la New Age.
La memoria del Druidismo sobrevive en el espíritu transformador, abierto, visionario y guerrero que está vivo en nuestro tiempo. Espíritu que tiene una profunda necesidad de integrar la visión -nutrida a partir del inconsciente colectivo- de aquellos hombres de gran aptitud para relacionarse con las fuerzas naturales y obtener de ellas sentido, carácter, visión, poder y ciencia, para crear acuerdos con lo sagrado de la tierra, con lo divino de la manifestación del universo y con el misterio de la naturaleza humana; dinamizada ésta en la interioridad del bosque y la conciencia en meditación activa; en la observación apasionada de todos los seres y los ciclos naturales del mundo que les rodeaba.
Ante esta certeza, aquel que se asume Druida, Vate o Bardo es quien comprende que estos cargos significan Ser y Estar en una energía peculiar, dentro de una comunidad y que significa ir más allá de los roles tradicionales de mago o consejero, poeta o narrador, etc., los cuales pueden ser compartidos a lo largo de la formación.
La vivencia del Druidismo es más que una reinvención, es el despertar de una nueva conciencia que se reconoce en la ancestralidad. No hay necesidad de retomar ni de repetir, sino de sentir, de crear y de continuar.
DRUISMO EN LA LITERATURA FANTASTICA
La mitología celta presenta a los druidas con capacidades mágicas cómo -entre otras- la de predecir el futuro, provocar tormentas, lanzar bolas de nieve y de oscuridad, o transformar a personas en animales. Llegan a tener mayor rango que los reyes, ya que en algunos relatos el rey no puede hablar hasta que no lo haya hecho el druida.
Uno de los druidas más conocidos de la literatura es la creación de René Goscinny y Albert Uderzo, Panoramix del célebre comic Asterix . Su túnica blanca, la hoz de oro, el hecho de que corta el muérdrago, etc. reflejan los ritos conocidos por las fuentes antiguas. También su rol social como conocedor de la historia y asesor del jefe de la tribu sigue ejemplos históricos, aunque no desempeña ningún papel religioso.
Marion Zimmer Bradley relata en su novela "Las nieblas de Avalón" la leyenda del rey Arturo desde el punto de vista de la Dama Morgana, la hermana de Arturo, donde también se puede apreciar la presencia del Merlín, uno de los druidas más conocidos en la actualidad por su gran sabiduría.
En el juego de rol Dungeons & Dragons aparece reflejada la figura del druida. Sin embargo, estos druidas tienen poco que ver con el druida celta, siendo representados como una especie de magos de los elementos de la naturaleza. Estos druidas veneran y protegen el mundo natural, no son sacerdotes pero sí tratan de conservar el equilibrio natural. Dada su comunión con el mundo salvaje, son bendecidos con el control de ciertos poderes naturales, por lo que pueden controlar el propio envejecimiento o su peso, son capaces de hablar con animales y plantas, de convocar la lluvia o incluso la tormenta, pueden mover las raíces de los árboles a voluntad, y también se transforman en animales ó plantas, y curan a otros con gran presteza por medio de remedios naturistas ó por la magia que les da la naturaleza. Su adaptabilidad entre los magos de la literatura fantástica es amplia y económica, pues existen pocos espacios a los que los poderes de la naturaleza no puedan acceder, y muchos donde dominan por completo. Éste concepto del druida ha sido tomado posteriormente por bastantes otras ambientaciones de fantasía inspiradas en ése juego cómo Warcraft.
En el juego World of Warcraft los jugadores pueden elegir la clase Druida al crear un personaje de una raza determinada; los druidas son representados como magos que pueden sanarse con el poder de la naturaleza, convertirse en animales y controlar las plantas y árboles así como hechizos que infligen daño de naturaleza.
En Diablo II: Lord of Destruction, el druida es un personaje que, junto con la asesina, es agregado a la lista de personajes del juego Diablo II original. Tiene el poder de transformarse en hombre lobo u hombre oso, invocar criaturas de la naturaleza (Lobos, Cuervos) o del mundo de los dioses (mascotas espirituales), y controlar los elementos de la naturaleza (hielo y fuego).
El cómic Sláine, que está basado en la cultura celta, recoge a la figura del druida cómo un sacerdote, así cómo bastantes elementos que tradicionalmente se atribuyen a los druidas, cómo realizar sus cultos en arboledas ó el caldero.
En el conocido videojuego Praetorians hay un druida que es médico y aliado de los romanos. Aparecen también otros druidas que son médicos, pero que además pueden producir una ceguera temporal en las tropas enemigas.
También hacen aparición en el juego MMORPG Tibia, como una de las 4 vocaciones básicas, en la cual desepeñan la principal función de de sanadores, y creadores de runas de curación, además de manejar elementos de la natureleza tierra y hielo. Después de un tiempo, pueden adquirir una promoción a "Elder Druid" y manejar hechizos más poderosos.
La clásica ópera italiana Norma (1831), de Vincenzo Bellini (y el libretista Felice Romani) está basada en una tragedia neoclásica francesa. Su protagonista es una sacerdotisa druida. La obra describe el trágico amor de ésta y Pollione, el líder de las tropas romanas invasoras de la Galia. Obra emblemática del romanticismo italiano y acabada expresión del bel canto, Norma exhibe los más altos logros alcanzados por los artistas peninsulares de la época. Fue estrenada en 1831 en Teatro de la Scala en Milán. Entre otras sopranos destacadas la protagonizaron Maria Callas y Montserrat Caballé.
ORACIÓN DRUIDA
Concédenos, Oh Dios, Vuestra protección;
Y en la protección, la fuerza;
Y en la fuerza, el entendimiento;
Y en el entendimiento, la sabiduría;
Y en la sabiduría, el conocimiento de justicia;
Y en el conocimiento de justicia, el amor a ella;
Y en el amor a ella, el amor a todas las existencias;
Y en el amor a todas las existencias, el amor a Dios.
Dios y todo cuanto es bueno.
Luigi y Lux